El IATA organiza varios talleres de divulgación con Save the Children y el Centro de Acogida a Refugiados de Valencia

El Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha organizado dos jornadas de divulgación en el Colegio de Secundaria Santa Cruz (Mislata), en el marco de la escuela de verano que se realiza en julio en esas instalaciones, organizada por Save the Children y el Centro de Acogida a Refugiados de Valencia. Más de 50 niños y niñas de entre 5 y 14 años han podido conocer la investigación que desarrolla el personal del IATA sobre nutrición saludable, diversidad alimentaria o propiedades físicas y sensoriales de los alimentos.

El martes 23, Marta Calatayud, Deni Vélez, Hernán Paños y Pilar Escriche, personal del grupo de Enfoques Integrativos en Toxicología Alimentaria del Instituto mostró al público la importancia de tener una dieta rica y variada a través de un cuento interactivo. Mediante una ruleta, los niños y niñas pudieron explorar la gran variedad de alimentos que existen en la Dieta Mediterránea. Además, a través del tacto, pudieron conocer mejor el mundo de los cereales y las legumbres, alimentos muy presentes en nuestra dieta.

Teresa Jiménez, José Gimeno y Ana Veyrat, miembros de la Comisión de Divulgación Científica e Igualdad del IATA, y Eva García, secretaria de Dirección del Instituto, coordinaron la actividad «De Poma a Poma i tire perquè em toca», una versión personalizada del juego de la Oca que fomenta que las participantes aprendan hábitos saludables a través de la diversión y el entretenimiento. Todas las preguntas están relacionadas con la nutrición y la alimentación saludable.

El miércoles 24, los niños y las niñas aprendieron sobre física de alimentos y ciencia del consumidor. Ana Salvador, Teresa Sanz, Maria Espert, Silvia Bobadilla y María Cantavella coordinaron la actividad «Aprende física con golosinas», a través de la cual, explican las características de ciertos alimentos, enseñan el concepto físico de elasticidad utilizando muelles y golosinas y muestran que las propiedades físicas son un condicionante importante de las sensaciones que se sienten al comer.

Laura Laguna, Mónica González y Raquel Baixauli, integrantes del grupo de Percepción y Comportamiento del Consumidor y Nutrición Adaptada; y Paula Subirats, Gestora del Severo Ochoa del Instituto, organizaron un taller sobre Ciencia del Consumidor y Análisis Sensorial, en la que los niños y niñas tuvieron que emplear los 5 sentidos para entender mejor el consumo local y responsable. Primero, a través del tacto, tuvieron que averiguar qué alimentos se escondían dentro de unas cajas en el minijuego «textura desconocida». Posteriormente, en el juego «olor y sabor de las frutas», se les dieron a las asistentes diferentes caramelos para que, con la nariz tapada, adivinasen qué frutas contenían y cuál era su sabor.

En esta segunda jornada participó también un equipo de trabajo del Instituto de Ciencia Molecular (ICMol), quienes introdujeron a los más pequeños en el mundo de los fluidos no newtonianos, permitiéndoles experimentar con la elaboración de su propio slime de colores.

Las jornadas finalizaron con una refrescante degustación de fruta fresca, el cierre perfecto para dos días llenos de aprendizaje y experimentación.