Entrevista: El IATA tras el confinamiento. Amparo López Rubio

El IATA empieza a retomar su actividad investigadora paulatinamente en las últimas semanas. Hemos hablando con el personal investigador para que nos cuente cómo se recupera la normalidad y cómo ha afectado este parón a sus proyectos de investigación.

Esta semana entrevistamos a Amparo López Rubio.

Amparo López Rubio, investigadora del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), lidera una línea de investigación sobre nanoencapsulación de compuestos bioactivos y su trabajo de investigación está enfocado en entender la relación entre estructura y funcionalidad de ingredientes y materiales de uso alimentario. Además, trabaja en el desarrollo de nuevos materiales biodegradables y/o provenientes de biomasa (los denominados biopolímeros) que se plantean como una alternativa a los plásticos convencionales, a los que pueden sustituir en determinadas aplicaciones.

Entre sus cargos de responsabilidad destacan su posición como actual vicedirectora del IATA, es Chair del Panel de Expertos W&T6 de la FWO (Bélgica) desde el 2019, miembro numerario de la RSEF y miembro del grupo de Nanotecnología de la AESAN. A lo largo de su carrera científica ha establecido numerosas colaboraciones nacionales e internacionales.

 

Pregunta: ¿Cómo ha afectado el tiempo de confinamiento a las investigaciones llevadas a cabo por tu grupo de trabajo? ¿Qué os dejasteis sobre las bancadas?

Respuesta: Un montón de proyectos en marcha que ahora mismo estamos retomando. Sin duda, a los que más ha afectado ha sido a los estudiantes de doctorado y, por supuesto, al resto de proyectos, aunque de vez en cuando un parón en la actividad también sirve para reflexionar sobre los temas en marcha y generar nuevas ideas.

 

P: Esta pandemia provocada por SARS-CoV-2 ha supuesto un retroceso en la reducción del uso de plástico, algo que iba ganando terreno poco a poco en la sociedad ¿Cómo se puede afrontar esta situación? ¿Qué materiales alternativos tenemos actualmente?

R: Ha sido un retroceso muy importante y un verdadero drama medioambiental. Hemos podido ver cómo por ejemplo la costa azul está inundada de guantes y mascarillas y no tengo claro la gestión que se está llevando a cabo de este tipo de residuos plásticos. Realmente en ese sentido creo que se tomaron ciertas decisiones, por las circunstancias de excepcionalidad, que seguramente se podrían haber evitado. Por ejemplo, el uso de guantes para entrar en tiendas y supermercados, cuando simplemente lavándose las manos a la entrada y la salida habría sido una buena estrategia.

En la actualidad existen alternativas disponibles frente a los plásticos de un solo uso. Está claro que no para todas las aplicaciones que utilizamos plástico a día de hoy, pero podrían sustituirse fácilmente por otras alternativas aquellos que son de un solo uso, pero su coste es todavía superior al de los plásticos sintéticos, lo cual hace difícil su comercialización porque al final el dinero es lo que manda.

 

P: La economía circular y el aprovechamiento de los residuos es otra clave en vuestras investigaciones. Actualmente coordinas el proyecto europeo BIOCARB-4-FOOD, dotado con un millón de euros, ¿cuáles son sus objetivos? ¿En qué punto se encuentra la investigación actualmente?

R: El proyecto BIOCARB-4-FOOD está centrado en la valorización completa de algas rojas y marrones, optimizando por un lado la obtención de ficocoloides de estas algas (tanto agares como alginatos que tienen un amplio uso en alimentos como ingredientes texturizantes), como aprovechando los residuos de estas algas tras la extracción del agar o el alginato para desarrollar films de envase biodegradables. Ahora mismo, nos queda aproximadamente un año de proyecto y la verdad es que hemos conseguido avances muy importantes. Por un lado, hemos demostrado que el uso de tecnologías más novedosas de extracción basadas en ultrasonidos o pre-tratamientos enzimáticos pueden aumentar el rendimiento de extracción o reducir los tiempos, ambos haciendo estos procesos más eficientes y, por otro lado, hemos demostrado que los residuos de algas pueden procesarse de manera sencilla dando lugar a materiales biodegradables que podrían sustituir a los plásticos sintéticos en algunas aplicaciones de envasado alimentario.

 

P: A partir del próximo año entrará en vigor la Ley de Residuos que prohibirá el uso de plásticos de un solo uso. Además de ser algo positivo para el planeta y la sociedad ¿supondrá esto un impulso a las investigaciones relacionadas con la búsqueda de materiales alternativos? ¿Cuáles son los nuevos retos que se plantea vuestro grupo de trabajo?

R: Esperamos que sí, que haya más financiación en este tipo de líneas porque son muy necesarias. De hecho, cada vez hay más empresas interesadas en los desarrollos que llevamos a cabo en nuestro grupo de investigación y los retos que nos planteamos van enfocados a la obtención de materiales que sean económicamente viables, simplificando los procesos y utilizando residuos para generar aditivos baratos que mejoren las propiedades de los mismos. Y esperamos colaboración con las empresas para que los resultados obtenidos en nuestros laboratorios sean transferibles.

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